El Tantra es mucho más que una práctica vinculada a la sexualidad. Es una filosofía y un arte de vida que nos invita a volver al cuerpo, al presente y al goce de existir. Practicar Tantra supone abrir un espacio para sentirnos de verdad, reconocer lo que nos habita y transformar nuestra manera de relacionarnos con nosotros mismos y con los demás.
Beneficios para el cuerpo
El primer impacto del Tantra se siente en el cuerpo. A través de la respiración consciente, la meditación en movimiento, el contacto y las dinámicas corporales:
Se despierta la energía vital. El cuerpo recupera la capacidad de sentir placer y vitalidad sin necesidad de estímulos externos.
Se liberan tensiones acumuladas. El Tantra enseña a soltar rigideces físicas y bloqueos que el estrés y la rutina van dejando en el cuerpo.
Mejora la salud y la vitalidad. Una respiración más profunda oxigena el organismo, regula el sistema nervioso y fortalece el sistema inmune.
Conexión con los sentidos. El cuerpo se convierte en un templo para percibir con mayor claridad los aromas, sabores, sonidos, texturas y colores de la vida.
Beneficios para las emociones
El Tantra no solo trabaja con lo físico, también nos abre al mundo emocional:
Liberación emocional. En lugar de reprimir o acumular, aprendemos a expresar y transformar lo que sentimos.
Mayor confianza y apertura. El vínculo con los demás deja de basarse en la defensa y empieza a sostenerse en la autenticidad.
Curación de heridas emocionales. El contacto amoroso con el cuerpo y la energía ayuda a sanar traumas ligados a la intimidad y la afectividad.
Más capacidad de gozo. Al conectar con la vulnerabilidad y el amor, el corazón se abre a disfrutar de la vida con mayor intensidad.
Beneficios para la mente
Nuestra mente, tantas veces atrapada en la prisa y el juicio, también se transforma con la práctica del Tantra:
Silencio interior. Al habitar el cuerpo y la respiración, la mente encuentra descanso y claridad.
Mayor concentración. Aprender a estar presentes en cada instante fortalece la atención y la memoria.
Reducción del estrés y la ansiedad. La práctica regula el sistema nervioso y nos ayuda a responder en vez de reaccionar.
Cambio de perspectiva. La mente deja de girar en torno a la carencia o el control, y empieza a abrirse a la gratitud, la aceptación y la confianza.
Una experiencia de unidad
Practicar Tantra es integrar lo que solemos tener separado: cuerpo, emociones y mente. No se trata de añadir algo más a nuestra vida, sino de quitar capas de tensión, miedo y condicionamientos que nos impiden sentirnos libres.
Cuando eso sucede, el cuerpo se convierte en un aliado, las emociones dejan de ser un peso y la mente se vuelve clara. Y en ese punto aparece lo más valioso: una experiencia de unidad, de conexión con uno mismo, con los demás y con la vida.
HOLA!, Soy el idiota que escribe esto...
Y quizás sea interesante o tal vez no, no lo sé; Ser o no ser... ese es el verdadero dilema. Este es un espacio para soltarme, un lugar donde dejo fluir mis ideas más disparatadas, donde me entrego a la procrastinación del cuerpo y al impulso mental de vomitar públicamente, para exorcizarme y, quién sabe, quizá también para exorcizar a otros. Ser humano es más complejo de lo que parece, porque hay que saber cuándo soltarse y cuándo atarse. ¿Cuándo cada cosa? Ahí radica la verdadera cuestión. A ojo de buen cubero, diría que ese es el dilema: cuándo ser mitad hijo de Dios y cuándo mitad hijo de puta...
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