Yo era asmático.
Cuando era pequeño, vivía en una casa de payés en condiciones bastante lamentables. Había mucha humedad, hacía frío y las ventanas no cerraban. Por las noches, era incapaz de dormir, ya que mis pulmones se cerraban y me ahogaba, especialmente cuando estaba acostado. Era una agonía (la vida me ahogaba). Pasaba largas noches en vela, caminando en la oscuridad, incapaz de calmarme y amar el aire que respiraba.
Tenía miedo de vivir.
Cuando me escapé de casa y viajé por el mundo, terminé en un áshram pequeño y deslucido en las faldas del Himalaya. Beneraban a Haidakhan Babaji y decían practicar el "Maha Yoga" o el yoga supremo, afirmaban que todo yogui finaliza su enseñanza con el Maha Yoga. Los observaba haciendo aspavientos y conectando con diferentes clases de emociones reprimidas. Lloraban, se desgarraban, danzaban extasiados y "morían" en la absoluta rendición del ser. Sanaban y se ordenaban a través de la respiración. Tenían técnicas para todas las ocasiones: rabia, tristeza, miedo, alegría... Respiraban y sanaban a sus ancestros, se conectaban con el más allá y se fusionaban en la unión con el cosmos. Todo a través de la respiración.
Aprendí de ellos a darle importancia a esta poderosa herramienta que dormita dentro de nosotros. Cuando alguien dijo "El poder está dentro de nosotros", seguramente olvidó decir "...a través de tu respiración".
Ese punto de partida me llevó a otros rincones de la India, en busca de nuevas técnicas, enseñanzas ocultas y prácticas reveladoras que pudieran nutrir la técnica que estaba depurando. Fue todo un compendio de ejercicios relacionados con la autocuración mediante la movilización de la energía a través de la respiración voluntaria. Esto me llevó a continuar mi exploración en México y Perú, donde chamanes iniciadores me enseñaron técnicas de "Hiperunificación" a través de ejercicios complejos de respiración pránica. Me formé en Rebirthing-Breathwork y seguí absorbiendo todas las herramientas disponibles, ya sean ocultistas o no, que sanaron mi ansiedad, tensión, energía sexual, insomnio, falta de vitalidad y falta de enfoque. Desde entonces, aprendí a meditar profundamente con solo unas cuantas respiraciones, a enfrentar problemas aprendiendo a soltar el diafragma, a dormir relajando la mandíbula para liberar la mala ostia que amenazaba destruirme, a dirigir mi energía sexual con respiraciones hiperactivadoras-hipoactivadoras, a sanar mis experiencias traumáticas, recordando y respirando de manera consciente y preparada.
Desde entonces, Hago talleres presenciales y cursos online enseñando a Respirar, a sanar la ansiedad, la tensión, la depresión, a llenarte de vitalidad, a lidiar con las emociones, a sentir lo que sientes, a vivir y abrazar el impulso emocional y a camboar la actitud ante la vida, sí desde la respiración.
HOLA!, Soy el idiota que escribe esto...
Y quizás sea interesante o tal vez no, no lo sé; Ser o no ser... ese es el verdadero dilema. Este es un espacio para soltarme, un lugar donde dejo fluir mis ideas más disparatadas, donde me entrego a la procrastinación del cuerpo y al impulso mental de vomitar públicamente, para exorcizarme y, quién sabe, quizá también para exorcizar a otros. Ser humano es más complejo de lo que parece, porque hay que saber cuándo soltarse y cuándo atarse. ¿Cuándo cada cosa? Ahí radica la verdadera cuestión. A ojo de buen cubero, diría que ese es el dilema: cuándo ser mitad hijo de Dios y cuándo mitad hijo de puta...
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